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Biografía de Sánkara (VII)

Unidad de Tradición

El discípulado a los pies de Govinda

La estancia de Sánkara en la ribera del río Narmada fue particularmente fecunda. La rápida profundización en la doctrina Kevaladvaita, en la que llegó a superar tanto a Govinda como al hijo de éste, Bhartrprapañca, había dejado su huella en toda una serie de escritos, entre los cuales estaba el Vivekakudamani (La joya suprema de discernimiento) y el Vakyavrtti (Exposición de la sentencia).
El Sanksepasankaravijaya (Concisa exposición del tránsito triunfal de Sánkara) introduce, al final de su permanencia con Govinda, un episodio destinado a explicar su salida hacia Benarés y la redacción del Brahmasutrabhasya: después de una semana de lluvia torrencial, el río Narmada alcanzó un nivel muy superior al de sus riberas e inundó los campos a lo largo y ancho del lugar, barriendo calles y pueblos y dejando en la desesperación a muchos desamparados, mientras la tempestad continuaba. Govinda estaba, como de costumbre, inmerso en la meditación dentro de la cueva cuando las olas del crecido río, eliminando cualquier obstáculo, salieron hacia él. Entonces Sánkara puso delante de las aguas su cuenco para las limosnas y pronunció la fórmula llamada “de la atracción del agua”.  El cuenco engulló la corriente hasta que el nivel normal del río quedó restablecido. Este prodigio no sólo ganó la gratitud de la población, sino que impresionó profundamente a Govinda: en el pasado, en el transcurso de un sacrificio de la bebida sagrada, el Soma, de una duración de cien días, cumplido por el profeta Atri sobre una cumbre del Himalaya, Badarayana había profetizado que el propio Siva, descendido al mundo como su discípulo, redactaría un digno comentario al Brahmasutra. Lo habría reconocido justo en el momento en que la furia del Narmada amenazaba con engullir Amarakanta. Compadecido, el maestro envió a Sánkara a Benarés para que allí desarrollara un comentario que dejase claro el mensaje de aquellos difíciles aforismos.

El Brhacchankaravijaya (El gran tránsito triunfal de Sánkara) explica cómo Govinda puso en manos de Sánkara las estrofas de Gaudapada escritas como comentario y apéndice a la Mandukya Upanisad, conocidas como Agamasastra; el entusiasmo del chaval fue tal que suplicó a Govinda que obtuviera la autorización de Gaudapada para comentarlas. Maestro y discípulo se pusieron así de viaje hacia Badarinatha, donde Gaudapada, que en aquella época tenía la respetable edad de 120 años, continuaba enseñando.



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